Estamos ante un ameno ensayo que se puede leer de seguido o de manera fragmentaria, escrito como al autor le hubiese gustado que le explicasen estos temas. Razón y fe han sido el fundamento más fructífero de nuestra historia, sobre cuyas bases se ha configurado la mejor Europa desde los albores de su pensamiento. Y cono-ciendo mejor nuestros fundamentos -que no todos son gloriosos, ciertamente- cabe la posibilidad de que Europa recupere su fe en la Razón; entonces, sería más factible que un número apreciable de personas descubran también lo razonable de la Fe.