Hay quien dice que el retrato del buen samaritano da por hecho un problema estructural que es el origen de la historia: había salteadores en el camino que unía Jericó con Jerusalén. Y, por tanto, si el amor al prójimo lleva a cuidarnos del herido también nos ha de llevar a crear las condiciones sociales para que los heridos sean cada vez menos o incluso desaparezcan. Caridad y compromiso con la paz y la justicia van necesariamente unidos