Andamos faltos de la experiencia de Dios y tendemos a culparlo a Él de esta orfandad. Las páginas que van a leer ofrecen el testimonio de una experiencia sencilla pero honda del Dios de Jesucristo que nos ama y nos envuelve con su amor. La primera parte son versos, música, salmos personales llenos de mística y profecía, de apertura a la escucha de Dios. La segunda, desde el ambiente difícil de la enfermedad y el diálogo con los en-fermos, plantea el tema del mal, del sufrimiento, del infierno. Siempre deseando y buscando al Dios cercano.