Teresa fue una mujer en camino, y en cada recodo de sus andanzas, oró y enseñó a orar. A lo largo del libro, su autor se detiene en cada recodo de ese su caminar con Jesús como Amigo y Maestro, como compañía y me-ta: infancia, adolescencia, vocación, maduración humano-espiritual, conversión, virtudes típicamente teresianas, escritos, fundaciones y compromiso con la Iglesia. Cada apartado tiene su vida propia, y toda la obra unidad. El Dios de Teresa nos sigue esperando también en cada recodo de nuestro camino, pero tantas veces “erramos el camino por no poner los ojos en el verdadero Camino” (C 16,11).