Abrimos un ciclo litúrgico acompañados de la mano del evangelista Lucas, que nos da la clave para acercarnos a leer su evangelio con el nombre de su compañero "Teófilo" ("amigo de Dios"), al que dirige sus escritos (Evangelio y Hechos). Probablemente nos está diciendo que para acercarnos al evangelio y comprenderlo, y sobre todo para vivirlo, debemos adoptar la actitud de "ser amigos de Dios", lo que significa seguir a Jesús de cerca. Es una llamada para acercarnos al evangelio con el corazón de un enamorado que quiere hacerse amigo de Dios. Y ese es también el objetivo de estas reflexiones, no solo conocer el evangelio, sino también alimentar la fe con la profundización de la Palabra de Dios en la mesa de la Eucaristía (elementos muy unidos en Lucas en el relato de los discípulos de Emaús -Lc 24,31-) y, por tanto, transformar los corazones para hacerlos arder en amor y en pasión por Dios