Un fenómeno tan complejo como el acontecimiento-Fátima se impone como un desafío y como una exigencia para la reflexión teológica. El núcleo del Mensaje de Fátima refleja, desde distintos puntos de vista, el corazón mismo de la revelación. Su lenguaje expresivo y su revestimiento simbólico se levantan como una protesta y como una propuesta en circunstancias concretas del mundo y de la Iglesia. Fátima nos permite profundizar en la lógica más radical de la revelación del Dios Trinidad: el amor de Dios se manifiesta como misericordia para superar, desde dentro, los dramas de la historia humana, y los pastorcillos son los testigos de esos designios de misericordia que les fueron anunciados.