El epistolario de D. Diego es un arsenal de doctrina sólida y estimulante. Adentrarse en sus cartas es como encontrarse con su persona y con sus palabras claras y fogosas. La presente selección de textos recoge los temas principales tratados en las cartas. El lector se encuentra con un testigo del evangelio, que sigue cuestionando a las conciencias cristianas de hoy. D. Diego se muestra siempre muy evangélico y, por tanto, muy cercano, como Jesús. Sus expresiones, frecuentemente con un deje de humor, contagian serenidad y paz. La santidad no es sólo una exigencia, sino que es también una posibilidad en la vida de todos los días, haciendo con amor y gozo las cosas que hay que hacer. Son páginas llenas de sentido común cristiano, cuajadas de huellas vivas de Jesús.