“Fue la vida de oración, la intimidad divina, lo que daba al P. Morales fuerzas cada día en su incansable labor y entrega. La oración era siempre su fundamento. […] El P. Morales nos predica con su vida la certeza de los milagros de Dios en las almas. Por eso se nos presenta como un buen maestro de oración. […] Por eso presento con gusto este libro de meditaciones suyas sobre la infancia y la vida pública de Jesús. Son reflejo de un orante y apóstol. Y hoy se ponen a disposición de toda la Iglesia, de modo que ya no sean solo sus hijos e hijas quienes se alimenten espiritualmente de ellas” (Mons. Ricardo Blázquez, Prólogo).