La sola palabra “pudor” suele provocar a día de hoy, bien una reacción brusca, agresiva y desproporcionada, o una mirada irónica hacia quien 1a pronuncia viéndole como un pobre ingenuo o un malintencionado aguafiestas. Por lo que la simple mención de esta cuestión se suele rechazar de plano, o al menos eludir. Unos, lo defienden como reacción lógica frente a tanta relajación sexual como hay en el ambiente; pero, aun con buena intención, ponen en ello tanto énfasis que llegan a identificar su ausencia con la pura y dura pornografía. Por ello, son muchos los que terminan viendo en esta actitud tan solo un freno al amor y libre expresión de la propia sexualidad. Son pocos, muy pocos, quienes se detienen a reflexionar sobre lo complejo de este concepto y toda la riqueza de contenidos que encierra. Sin embargo, sólo una reflexión serena y profunda sobre el “pudor” nos conducirá a una plena comprensión de lo que es y supone el auténtico “amor humano” de su valor, dignidad y necesidad. Reflexión que a su vez nos obligará a cuidar nuestro vocabulario cuando tratemos de hablar del amor verdadero. Sin reducirlo a lo meramente sexual, sino descubriendo los secretos íntimos que encierra cuando es auténtico. Así como a valorar en lugar de banalizar expresiones tan comunes como la de “hacer el amor”, etc. El autor nos proporciona en estas páginas respuestas y recursos plenamente actuales para resolver con criterio acertado muchas de las cuestiones que nos plantee este tema.