“Escibir desde los detalles –dice la autora– me ayuda a contemplar. Contemplar me ayuda a comprender. Comprender me ayuda a vivir. Y vivir es para lo que estamos aquí. De eso se trata”. Y esto es lo que ofrecemos: un libro de compañía, de esos que se leen a ratos, que acompañan a nuestros quehaceres, que ayudan a pensar. Escritos que ponen el acento en los detalles de la vida, los momentos que hacen que nuestro discurrir diario sea diferente, más vivo y más rico, presentados a través de una palabra limpia, transparente. Escritos atemporales, como atemporales son las enseñanzas.