La búsqueda de Dios no es una fatiga inútil. Es un privilegio buscar a Aquel que se deja encontrar. Al Dios que nos ama y que nos ofrece la más alta sabiduría. Ese saber que es un saborear el gozo de su llamada. Desde Eva hasta María de Nazaret muchos hombres y mujeres han meditado sobre el sentido de la vida humana. Todos los personajes de la Biblia guardan para nosotros un mensaje. Y una interpelación. Nos dicen qué significa ser personas y qué implica creer en el Dios de la alianza y de la vida, en el Dios del amor y la esperanza.