La vida es, por cuanto conocemos, un fenómeno único del planeta en que habitamos. En una última etapa apareció el “Homo sapiens” y, en los últimos cuatro mil años, se inició la interacción histórica y dialogal entre Dios y el ser humano, centrada en la encarnación del Hijo, que así se insertó en la corriente evolutiva de la biosfera. En los últimos siglos, por responsabilidad humana, se está produciendo una prodigiosa crisis ambiental con perspectivas de peligro para la misma vida. ¿Cuál es el sentido teológico de este proceso? Pensar la teología de la vida en el contexto de la evolución biológica y de la crisis ambiental constituye el objetivo de esta obra, con la intención de vislumbrar desde la Palabra la situación presente de la biosfera y del ser humano.