Este trabajo analiza y comenta toda la obra de san Juan de la Cruz bajo la apelación con la que el propio Santo definía el bíblico Cantar de los Cantares. Juan de la Cruz recibió la misión de comentar este texto bíblico con una forma nueva y –toda una primicia– poética. El texto sagrado tornó a vivir en el Cántico Espiritual, un poema que “es más ardiente de pasión que ninguna poesía profana” y sobre el que “ha pasado el espíritu de Dios, hermoseándolo y santificándolo todo” (Dámaso Alonso). A lo largo del recorrido por el itinerario espiritual que ofrece san Juan de la Cruz, el autor destaca con singular insistencia que ningún drama o problema eclesial puede comprenderse de verdad desde una altura inferior a esta y desde una menor profundidad. El carisma del Santo radica en este principio pedagógico: cuando el ser humano se deja atraer por el Corazón de Dios, se dirige al mismo tiempo hacia la máxima profundidad de su propio corazón y hasta las fronteras más remotas, allá donde toda criatura humana puede ser reconocida y acogida.