Sí, felices, dichosos y bienaventurados los educadores. Felices los maestros por asumir su responsabilidad, dichosos los padres y madres por ejercer como tal y no solo como meros amigos. Bienaventurados los profesores-tutores por asumir su compromiso. Ser educador, por supuesto, que se tiene que ejercer en el aula, pero también en todas y cada una de las asignaturas y en los distintos ámbitos que se dan en el marco escolar, pues todos ellos conducen a despertar nuestras capacidades