Se hacía necesaria en castellano una obra como ésta del padre Raimondo Spiazzi, conocedor como pocos de la personalidad de Santo Tomás, de los avatares de su paso por la tierra, de sus orígenes nobles, de su vida dominicana, en la que encarnó la figura del más fiel seguidor de Domingo de Guzmán: profesor en las más célebres universidades, escritor incansable, predicador convencido convincente que atraía a las masas de fieles. , como colorido perfume de su vida, las virtudes de la humildad, la pureza virginal, la afabilidad, la oración contemplativa, el espíritu de servicio.