Santa Mónica ha pasado a la historia y es de plena actualidad por ser doblemente madre de San Agustín: ella le dio la vida, sus lágrimas lograron engendrarlo para la vida eterna, obteniendo de Dios su conversión y su bautismo.
Santa Mónica ha pasado a la historia y es de plena actualidad por ser doblemente madre de San Agustín: ella le dio la vida, sus lágrimas lograron engendrarlo para la vida eterna, obteniendo de Dios su conversión y su bautismo.