La Unión Europea, sinónimo de progreso político, económico y social desde su fundación, pasa por una importante crisis de credibilidad a los ojos de la ciudadanía. La compleja coyuntura actual ha originado una enorme brecha entre las instituciones y la gente de la calle, que se resiste a apoyar muchas de las medidas que toman día a día los poderes públicos. Este recelo está justificado en algunos casos. Los problemas existen, pero conviene acertar con el diagnóstico. Las crisis se superan desde la cohesión, no mediante disputas permanentes. La Unión Europea, con sus defectos, es un valioso instrumento para asegurar el desarrollo presente y futuro de los países miembros. Esta convicción es la que impulsa el trabajo diario del autor de los artículos de este libro. Es el pensamiento que se refleja en cada párrafo, en cada texto de la obra. La Unión Europea no es el origen de nuestros males. Es la receta para superarlos con éxito.