Con algunos hijos, el estudio es una fuente de emociones negativas que termina por quemar el ambiente del hogar. Premios, castigos, apoyos; parece que nada funciona, ¿tendrá algún problema? A fuerza de persecuciones y algún grito, tal vez consigan que apruebe, pero ¿a su hijo le gusta aprender?, ¿mejora su habilidad, gana autoconfianza, autonomía, responsabilidad…? Y esos padres, ¿son felices con el estudio de sus hijos? Quizá no sea esta tu situación pero, en cualquier caso, aquí tienes una oportunidad para hacer del estudio un espacio de felicidad donde crecer como persona, disfrutar educando y dar lo mejor de ti. Lograrás que las tardes de estudio en tu casa sean una aventura de crecimiento personal y esfuerzo inteligente lleno de alegría.