Las cinco secciones, a primera vista tan diversas, que componen esta breve obra encuentran su unidad en lo que sugieren el título y el subtítulo. Todas ellas tienen su base más profunda en el Nuevo Mandamiento del amor, y todas ellas están pensadas y escritas tratando de delinear el lugar que le corresponde a la vocación vicentina en la nueva evangelización. La plenitud de la verdad no se nos revela en el llamado Antiguo Testamento, sino en el Nuevo. La espiritualidad vicentina, y la espiritualidad cristiana en general, tienen que saber que el único y definitivo maestro que enseña en qué consiste el amor verdadero es Nuestro Señor Jesucristo.