En este libro se muestra la peculiar trascendencia de la que es capaz el hombre y que es negada por el Hedonismo y el Eudaimonismo en cuanto que reducen la acción del ser humano a un obrar por el interés propio. Merced al análisis de la obligación moral en su carácter categórico y motivador del agente moral, Seifert consigue una nueva síntesis, libre de compromisos, de las instituciones de Kant y de la gran ética de los valores. Mediante la diferenciación entre motivos primarios y motivos secundarios se estudia el papel motivador legítimo de la felicidad y se alcanza una síntesis entre la ética antigua y medieval y la ética material del valor. Asimismo se ofrece una fundamentación puramente filosófica de una ética teocéntrica.