Los Stromata constituyen una de las obras más originales y profundas de toda la literatura cristiana de los tres primeros siglos. Su celebridad ha sido puesta de manifiesto por las más amplias y cualificadas investigaciones modernas sobre los primeros escritos de la Iglesia. El autor trata en ella los temas de más difícil solución en todos los tiempos: las relaciones entre filosofía y fe, interés e importancia de la revelación judía y la cristiana, cuestiones de cosmología con derivaciones ecológicas, problemas teológicos que siempre han sido objeto de atención, como la existencia de la gnosis ortodoxa, los simbolismos de la naturaleza y de las Escrituras, temas fundamentales del pensamiento humano, como la finalidad de la propia existencia del hombre y los caminos que pueden llevarle a la unión con Dios; etc. Este primer libro -toda la obra consta de siete- está enteramente consagrado a una cuestión que en los primeros siglos era vital para el cristianismo: ¿Podría un cristiano servirse de los tesoros de la cultura griega y especialmente de la filosofía?