Una de las pocas leyes que verdaderamente vertebran lo político es la «ley de hierro de la oligarquía»: el poder recae siempre en manos de unos pocos, independientemente de si la forma política es monárquica, aristocrática o democrática. El presente ensayo, en el que se combina un interesante recorrido de la historia de la política occidental con una aguda interpretación de la realidad actual, nos ayuda a recuperar un modo realista de ver el fenómeno político, muy pegado a los hechos concretos, pero sin caer en el casi inevitable hoy en día pesimismo político.