Hito importante en la novelística de Mercedes Salisachs, El declive y la cuesta es un relato directo y valiente que, partiendo del conocido episodio evangélico del «buen ladrón» crucificado junto a Cristo, nos narra con gran hondura el desgarro y la angustia de una madre por el destino de su hijo. Salisachs recrea a lo largo de esta obra la posible vida de la madre de Dimas, a la que le da el nombre de Eva, y la imagina subiendo al Calvario codo a codo con la propia Madre de Dios. Eva representaría a toda madre aprisionada por la duda, la desesperación o el dolor provocados por su propio hijo, pero que mantiene abierta, contra viento y marea, la puerta de una salvación que esté más allá de la pura justicia humana. «Nada importaba que la humanidad estuviera enferma, nada importaba que la terquedad y la crueldad de los hombres los llevara a torturar a Su Hijo; el propio Nazareno se canjeaba por ellos y María aceptaba aquel trueque porque, de hecho, todos los hombres, todos, incluso Dimas, tenían derecho a la redención»