Saxum, roca. De esta forma llamaba san Josemaría Escrivá a su hijo Álvaro desde los primeros tiempos de su vocación: roca del Opus Del, roca del Concilio Vaticano II, roca ejemplar para la vida de muchas personas. "Doy gracias a Dios de haber conocido a don Álvaro y me gustaría que muchos otros también le conozcan". John F. Coverdale