Si se vendiera algún nuevo medicamento para que los hijos se comportaran mejor, sacaran mejores notas y fueran más felices, muchos padres harían lo posible para adquirirlo. Aunque parezca sorprendente, existe un producto así. No se consigue en las farmacias y está a disposición de cualquiera. Esta medicina milagro es la gratitud.A lo largo de los últimos años, diversos estudios científicos han demostrado que la gratitud es una de las emociones y virtudes más valiosas e importantes. Los autores, especialistas en este campo, ponen a disposición de padres y educadores unas estrategias eficaces que pueden utilizarse a diario, ejemplificadas con numerosas historias reales, para que los hijos aprecien lo positivo de la vida.Como muestran sus investigaciones, los chicos y chicas educados en la gratitud tienen una mayor autodisciplina y consiguen establecer relaciones sociales más plenas y efectivas.