Betsy es una niña huérfana de nueve años que vive en la ciudad con Tía Frances, delicada y refinada, a quien no le gusta la vida en el campo ni los parientes que viven allí. Es tímida y asustadiza, pero su vida da un giro inesperado cuando su tía enferma y la envían a la granja Putney con unos parientes. A lo largo de la novela, Betsy crece y aprende a valerse por sí misma, se conoce y aprende a valorar a los demás tal y como son. La autora de Dulce Hogar vuelve a sorprendernos en este relato juvenil en el que se entrevén planteamientos pioneros para su época, pero hoy día de gran actualidad, tales como la autonomía, la atención a la diversidad o el autoaprendizaje por medio de la experiencia.