«¿Entiendes lo que estás leyendo?, preguntó Felipe al etíope. ¿Cómo voy a entenderlo si nadie me lo explica?», replicó (Hechos 8,30s). Muchas veces ese es el sentimiento de los cristianos que nos acercamos a la Palabra de Dios sin poder entender del todo lo que ahí se nos dice para experimentar un verdadero encuentro con el Dios que habla. Si tienes el ministerio de la predicación, ponemos en tus manos estas reflexiones para ayudarte a preparar esa hermosa pero ardua tarea de guiar a la comunidad con una homilía sabrosa y sustanciosa. Si quieres disfrutar personalmente con la Palabra o compartirla en grupos de oración o en pequeñas comunidades, ponemos en tus manos este libro, fruto de muchos años de estudio y reflexión sobre la Palabra de Dios y escrito en un lenguaje a la vez profundo, sencillo y sugerente. ¡Que la Palabra de Dios sea tu gozo!