Hoy, más que nunca, estoy convencido de que vivir y orar aquí y ahora es lo que podemos y necesitamos hacer para ser hijos, hijas, hermanos, hermanas, discípulos, discípulas de Jesús de Nazaret, que nos enseñó e invitó a orar, porque nosotros estábamos tocados y sorprendidos por su forma de hacerlo. Momentos y lugares con duende para orar recoge pequeños y no tan pequeños destellos tenidos a lo largo de los años a través de los encuentros y caminos recorridos en contacto con la creación, la naturaleza, la historia, la vida, las personas y los grupos con los que he caminado y camino; a veces con esperanza y gozo, a veces con dolor y oscuridad. Son momentos y lugares que se han grabado de forma indeleble en lo más íntimo de mis entrañas y espíritu, y que se han convertido en hitos y mojones que me llevan a ser lo que soy: creyente cristiano. ¡Muchas piezas, pequeñas pero imprescindibles, que conforman el puzle de mi vida!