Cada vez dedicamos más tiempo y más recursos a aprender y a enseñar. Pero los resultados son sin duda desalentadores. Sin necesidad de leer estudios internacionales, profesores y alumnos, padres y madres, viven a diario la frustración de no aprender o de no lograr que otros aprendan, sea en contextos escolares, sociales, personales o laborales. Debemos repensar nuestras creencias y prácticas tradicionales a la luz de las nuevas ciencias del aprendizaje, que ofrecen una perspectiva diferente de cómo aprender y ayudar a otros a hacerlo, tanto en las aulas como en las empresas, la familia u otros contextos informales. Frente a quienes creen en una vuelta a los viejos hábitos, a la autoridad y la «cultura del esfuerzo», este libro propone avanzar hacia nuevas prácticas de aprendizaje basadas en la experiencia y la reflexión personal, que permitan recuperar la emoción de aprender.