Somos fieles a una formulación, pero no entregamos la substancia. Lo dice el papa Francisco en la exhortación La alegría del Evangelio (41): «A veces, escuchando un lenguaje completamente ortodoxo, lo que los fieles reciben, debido al lenguaje que ellos utilizan y comprenden, es algo que no responde al verdadero Evangelio de Jesucristo. Con la santa intención de comunicarles la verdad sobre Dios y sobre el ser humano, en algunas ocasiones les damos un falso dios o un ideal humano que no es verdaderamente cristiano». Oriol Xirinachs, a partir de su larga experiencia pastoral en barrios muy sencillos del entorno barcelonés, hace una inmersión en algunos conceptos y términos que forman parte del lenguaje eclesiástico, actualizando su sentido. Recuperar el sentido profundo de las palabras para devolverles el sabor es una tarea indispensable para transmitir el Evangelio.