Santa Rosa Filipina Duchesne (Grenoble, Francia, 1769 - Saint Louis, Missouri, EEUU, 1852) fue una mujer atípica. Valiente, tozuda, pionera... desde pequeña intuía que su vida tendría que ser diferente, tendría que llevarla lejos, siendo portadora del mensaje de Jesús fronteras allá. Pero nada le resultó fácil: superada la oposición familiar, tuvo que convencer a su superiora para poder ir a América. Una vez allí, nunca dominó el inglés, se sintió muy sola e incapaz, y su sueño de vivir con los indios se desvanecía con los años... Hoy es un claro testimonio de resiliencia: confiar y luchar siempre hasta el final.