Montse Grases nació en Barcelona (España) el 10 de julio de 1941. Acudió al colegio de las Damas negras, formación de la que Manolita, su madre, estaba muy agradecida. Continuó en su numerosa familia el natural trato con Dios, con la Santísima Virgen y con su Ángel Custodio. En plena juventud, Montse percibió la llamada de Dios a servirle en la vida ordinari. Transmitió a sus amigos y parientes la paz de la cercanía de Dios, manifestada con ejemplaridad a raíz de la dura enfermedad que le produjo la muerte, el 26 de marzo de 1959. Actualmente tiene abierto el proceso para su Beatificación. Montse amó profundamente la vida, el deporte, la música, el teatro y sufrió al ver llegar la muerte en plena juventud. Pero luego se ilusionó con la esperanza del Cielo. Su santidad estuvo en el amor. Luchó por amor a Dios, día tras día, sin desfallecer. Montse supo plasmar en su vida las palabras de San Josemaría: "la entrega es el primer paso de una carrera de sacrificio, de alegría, de amor, de unión a Dios. -Y así, toda la vida se llena de una bendita locura, que hace encontrar felicidad donde la lógica humana no ve más que negación, padecimiento, dolor" (Surco, n. 2).