Las diversas interpretaciones del Corpus dionysiacum que se han ido elaborando a lo largo de los siglos XIX y XX se pueden agrupar en dos grandes corrientes: una de ellas destaca de modo especial el aspecto platónico (o neoplatónico) de la obra; otra destaca la condición cristiana del autor. En torno a estas dos principales características se advierte una variada gama de matices en esa interpretación. Junto a los diversos intentos de comprensión de la obra se han ido proponiendo también diversos autores. Estos intentos de identificación del autor han generado una de las más animadas polémicas que se han producido en Occidente en el terreno de las humanidades. Si se lee detenidamente el Corpus se aprecian referencias a tres principales controversias: la del cristianismo y el paganismo; las polémicas dentro del cristianismo; las polémicas dentro del paganismo. Una de las pretensiones de este libro consiste en tratar de jerarquizar la importancia de estas controversias, con el fin de comprender el verdadero propósito del autor. Dionisio, llamémoslo así, ha elaborado un discurso complejo dirigido a un público culto. Si se mira de cerca el lenguaje dionisiano, estudiando detenidamente las características de su vocabulario y de su sintaxis, se comienza a comprender, si bien de modo escondido, el verdadero objetivo del autor.