Tú, seas hombre o mujer, cualquiera que sea tu ideología, creas o no creas en el más allá, ya seas niño, joven, maduro o viejo, sea cual sea la circunstancia de tu vida, tu raza, lengua o nación; tú tienes derecho a saber que existe un Dios que te ama, te llama y quiere darte la paz. Si crees esto, o al menos si sientes curiosidad por el tema, en este libro encontrarás información que reafirme tu creencia o satisfaga esa curiosidad, a la par que se te dan las razones por las que es así, sin que nadie pueda hacer nada para modificarlo o evitarlo. Léelo sopesando lo que se dice. El autor no trata de hacer ningún tipo de proselitismo, ni tampoco cree que todo cuanto dice sea una verdad inamovible. Lo único que es absolutamente cierto es cada uno de los textos de los evangelios, que se han transcrito al pie de la letra. Naturalmente, el autor se expresa desde su propia personalidad de creyente convencido y te habla con absoluta sinceridad, abierto a cambiar impresiones con cualquier persona, en la seguridad de que de una conversación inteligente y sosegada, siempre, ambos interlocutores pueden enriquecer mutuamente sus diferentes opiniones. No obstante, si, a pesar de todo, te parece una estupidez eso de Dios y crees que no tiene nada que ver contigo, si no te interesa el asunto, no pierdas tiempo en leerlo; pero, aun así, no olvides que a ti también “Dios te ama, te llama y quiere darte la paz”, pues eso no depende de que te guste o no, de que te lo creas o no: la iniciativa de dar es de ese Dios del Amor y de la Paz.