Dichosos los que mueren, porque ya han retornado a la primera arcilla, a la primera tierra. Dichosos los que mueren en una guerra justa, las espigas maduras, los trigos cosechados. […] Hoy estamos todos situados en la brecha. Todos estamos en la frontera. La frontera está en todas partes. La guerra está en todas partes, hecha añicos, troceada en mil pedazos, desmigajada. Estamos todos situados en las marcas del reino. “Todos somos marqueses”. Las mayúsculas son nuestras. Y lo son porque, muchos años antes de dedicarle a Péguy más de cien páginas de su monumental Herrlichkeit, Hans Urs von Balthasar había publicado, en 1953, una breve antología de fragmentos cuidadosamente espigados de entre los ensayos del poeta francés, y traducidos al alemán por el mismo teólogo suizo, para la cual eligió el título de Wir stehen alle an der Front (“Todos estamos en el frente”). Sería ingenuo, como hacen algunos, atribuirle a von Balthasar un error de traducción. El cambio de la frase original de Péguy nous sommes tous à la frontière (“todos estamos en la frontera”) por el nous sommes tous sur le front (“todos estamos en el frente”) de von Balthasar está plenamente justificado por el contexto y es una provocación casi obligada por la inteligencia y por las circunstancias. Esa “frontera que está en todas partes” es el frente de una “guerra que está en todas partes” y que nos fuerza a que “todos seamos soldados” aun sin pretenderlo. Por ello, hemos decidido que esta antología con la que la editorial “Nuevo Inicio” pretende conmemorar el centenario de la muerte de Charles Péguy se titule El frente está en todas partes. Además de llamar así la atención del posible lector sobre el contenido real del libro que tiene ante él, aludimos también al texto anteriormente citado del Nuevo teólogo de Péguy, a la vida misma (incluida su muerte) de su autor, a la lucha de von Balthasar contra el dualismo pseudotomista y al mundo (moderno, posmoderno o pluscuanmoderno) pretendidamente ateo y todavía dualista en el que vivimos.