Los diez siglos de la Edad Media (V al XV) reciben su unidad más profunda de la fe en Cristo, que pronto penetra en la vida toda del plural conglomerado de pueblos asentados en el solar de la futura Europa. Una gran síntesis de fe y vida, aunque no falten graves deficiencias, fue configurando a estos pueblos en gran manera a la luz de la Ciudad de Dios de san Agustín; sobre todo, a los de Occidente. Espléndidos fueron los frutos de vida cristiana; en especial en la época de la plenitud medieval (siglos XI al XIII); frutos, acompañados de un dinamismo cultural, artístico, científico, e incluso económico, sin par en la época. La expansión de este mundo, que era el de la Iglesia, se dirigirá entonces hacia el Norte y Este de Europa; no al Sur y Este del Mediterráneo, donde se han alzado fronteras casi impenetrables por siglos para el anuncio del Evangelio en África y en Asia (a partir del s. V, debido a los cismas donatista y monofisita; y a partir del s. VII, por la fulminante expansión del Islam).En los siglos XIV-XV adviene a la Edad Media la gran crisis al prevalecer en sus minorías dirigentes graves factores desintegradores: creciente naturalismo, individualismo, relajación moral, supeditación de la fe a la política, quiebra de la gran síntesis medieval fe-vida, decadencia de la escolástica con la consiguiente escisión ser-pensar, multiplicación de guerras entre cristianos, tremendas pestes…No obstante, aquel reducido mundo europeo, en particular el occidental, que no ocupa un 1% de la superficie del globo, un siglo o dos después, en el XVI, comenzará a influir de manera progresiva en el orbe entero hasta el presente: por su fe en Cristo, su hegemonía cultural, científica y política, y también por los factores desintegradores insertos en su cultura, política e ideologías; factores, cuyas raíces más genuinas son las que condujeron a la quiebra y término de la Edad Media.De ninguna manera la crisis del XIV-XV llevó entonces a la pérdida de la fe, ni afectó por igual en todas partes; pero fue indiscutiblemente portadora de gérmenes nocivos a más largo plazo. Estos Apuntes de Historia de la Iglesia (2), tratan de aportar un conjunto de datos, de hechos significativos, y a la par una breve síntesis sobre la Iglesia en la Edad Media, época marcada por la fe en Cristo, y decisiva por sus luces y sombras en la configuración de nuestro mundo contemporáneo.