¿Qué es lo que vamos a ver en estas páginas? Simplemente intentar ahondar y ver cuál es el sentir de vida religiosa de Santa Teresa; como ella concibió que tenía que ser la vida consagrada para nosotras y para todos los que -de alguna manera- pusieron su consagración bajo la protección y la guía de Santa Teresa y de su espíritu. Toda llamada espera siempre una respuesta. Cuando Teresa de Jesús se rinde a Dios y centra su vida en hacer el camino de Cristo, cae en la cuenta de que ser monja es hacer de la vida una respuesta de amor a Jesucristo. ¡Eso es ser monja! No es cumplir un horario, no es vestir un hábito, no es cambiarse el nombre, no es rezar la Liturgia de las Horas… Todo eso son aspectos y matices de la vida de una monja. Pero ser monja, ante todo, es responder a la llamada de Jesucristo en amor. Hemos recibido una llamada desde el amor, una llamada de predilección desde el amor, y hay que responder a esta llamada también desde el amor. No se puede responder de otra manera. Antes de cumplir lo establecido o abrazar todos los trabajos que se presenten, está el amor de Dios que llama y el de Teresa que le responde. Ella nos habla de la postura que adopta y la que se mantiene para ser de veras monja.