¡¡Cuidado!! ¡tienes en tus manos un libro peligroso! Querido lector antes de que te adentres en la lectura de este libro, permíteme que te haga unas cuantas confidencias. En primer lugar, no sé si eres consciente de la clase de libro que tienes entre tus manos: a simple vista parece un libro más que no se diferencia en nada a otros, pero debo advertirte que no es así: no es un libro cualquiera, ni siquiera es uno más de los libros a los que nos empieza a tener acostumbrados su autora. Te hago esta advertencia porque me atrevo a decir que es un libro peligroso y por ello me veo en la obligación moral de avisarte ya que has llegado hasta aquí. En estas páginas descubrirás a un Dios tan real, tan vivo, tan cercano y presente que... a veces pudiera hasta escandalizar al lector. Pero es que es un corazón tan enamorado como el de la autora no puede sino relacionarse más que así con su Jesús, con su Todo. Lo asombroso no es sólo la manera en la que se relacionan, sino también lo que “se dicen”. Ese “cómo”y ese “que”, que confieso que a veces me ha llevado a pensar que pocas cosas le pasan para todo lo que le dice a Dios.