Aunque el tomismo ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años, los estudios sistemáticos sobre cristología tomista son escasos; menos todavía son las obras de este género que dialogan con los principales problemas que ha suscitado la teología moderna. El Señor encarnado es una feliz excepción. Un mérito particular de esta obra de Thomas Joseph White es el abordar los principales temas de la cristología desde una perspectiva no solo teológica, sino también metafísica. Ahora bien, aunque el libro plantea estos problemas a la luz de principios ontológicos clásicos (heredados de la patrística y la escolástica), eso no impide que ofrezca una respuesta tomista a los temas controvertidos de la cristología contemporánea. El pensamiento de santo Tomás ocupa, ciertamente, un lugar importante, pero se presenta en constante diálogo con varios teólogos modernos, como Karl Barth, Karl Rahner o Hans Urs von Balthasar. En otras palabras, el libro quiere mostrar que la teología tradicional católica no solo es una alternativa válida en nuestra época, sino también que es capaz de desarrollar un intercambio fructífero con las distintas posiciones teológicas de nuestro tiempo.