Casi ocho siglos nos separan de Domingo de Guzmán (1170-1221), pero hay elementos de su época que recuerdan a la nuestra: el florecer de nuevas comunidades en la Iglesia, la presencia del Islam o la urgente necesidad de formación de los cristianos Y los mismos interrogantes ante el sufrimiento y la muerte, el deseo de orar y la dificultad para hacerlo de verdad, la sed de Dios de unos y la indiferencia de otros Heroico en la oración, infatigable en la predicación, exigente con sus frailes, concienzudo en su trabajo, santo Domingo, fundador de la Orden de Predicadores, es un modelo de vida cristiana para muchos hombres y mujeres que siguen los tres ejes de su vida: el celo apostólico, la vida común y la oración intensa.