El padre María-Eugenio (carmelita, 1894-1967), autor de Quiero ver a Dios (60.000 ejemplares en francés y 5 traducciones), nos transmite en sus escritos una fuerte convicción: «El hombre moderno tiene hambre y sed de felicidad. Tiene hambre de pan, pero tiene más hambre y sed de Dios». Sus responsabilidades en la Orden del Carmen, su misión de fundador del instituto secular Notre-Dame de Vie y sus numerosos contactos con otras culturas hacen del padre María-Eugenio un apóstol contemplativo que sigue llevando a los hombres a Dios. De ahí la actualidad de su experiencia espiritual y su doctrina, nutrida fuertemente de la de los grandes santos del Carmelo.