El verdadero arte de amar brota del Evangelio. Ponerlo en práctica es el primer paso para desencadenar una revolución pacífica que lo cambia todo… Es un arte con fuertes exigencias: amar a todos sin distinción; dar el primer paso sin esperar a ser amados; considerar al otro como a uno mismo; amar de modo concreto «haciéndose uno» con los demás; ver a Jesús en cada persona… Cuando es vivido por varias personas, trae el amor recíproco: la perla del Evangelio, el mandamiento nuevo de Cristo, que construye la unidad.