El tratado De officiis, que hemos traducido por Los deberes, está dirigido por el obispo de Milán a sus «hijos espirituales». La finalidad formativa es una de las claves de lectura del presente escrito, tal vez la más relevante, que nos permite calibrar la importancia de la aportación ambrosiana. Para Ambrosio el modelo del cristiano está fundamentado en las virtudes humanas, aunque, como en otros Padres de la Iglesia, este basamento se ve enriquecido por las virtudes sobrenaturales recibidas en el bautismo. Otro aspecto presente en Ambrosio es la necesidad de las virtudes no solo como soporte de una personalidad arquetípica, sino como la única forma de hacer que esos hábitos se hagan operativos. También queda muy patente la gran valoración que hace Ambrosio de los ejemplos de vida (exempla), que tienen delante una realidad histórica bien precisa al tratarse de figuras que se encuentran en la Sagrada Escritura.