El grito de Jesús en la cruz «Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?» ha suscitado siempre un vivo interés en el pensamiento cristiano y entre los estudiosos. Gérard Rossé sitúa el grito de abandono en un contexto que incluye lo que Pablo llama «el escándalo de la cruz». La muerte de Jesús no es un trágico evento aislado de la historia de la humanidad: en el Crucificado que muere en la soledad y en la incomprensión total acontece el parto de la nueva creación; en el silencio de Dios se realiza aquella paternidad escatológica que genera al creyente como hijo de Dios.