Estrecho deudor del comentario a los Salmos de Orígenes, en cuanto al contenido teológico, presenta en sus expresiones fuertes rasgos de la formación retórica del autor, que se traducen en imitaciones de los representantes más conspicuos de la literatura latina clásica: Virgilio y Lucrecio entre los poetas y Cicerón y Séneca entre los prosistas. Para Hilario los salmos deben interpretarse en clave cristocéntrica, con una dimensión antropológica. Todos se refieren a Cristo, quien en su encarnación asumió la humanidad entera con el fin de redimirla. Gracias a Él, todo hombre puede salvarse siempre que sea fiel a la ley impuesta por el Creador y elaborada en diferentes etapas: natural, mosaica, profética, cristiana. Esta última está expuesta en el evangelio y es administrada por la Iglesia. La amplitud del texto impone su división en varios volúmenes, traducidos por primera vez en castellano.