Para entender mejor los discursos que integran el presente volumen conviene tener en cuenta, entre otras cosas, que en ellos ocupan un lugar preeminente los debates doctrinales que el Nacianceno tuvo que entablar con sus oponentes, para aclarar sus personales puntos de vista y, en sentido contrario, rebatir las opiniones erróneas de sus interlocutores desde el punto de vista teológico. Estas diez piezas oratorias fueron desarrolladas por nuestro Gregorio en el espacio de dos años, durante los años 379 y 380, y dejan traslucir las grandes dotes del teólogo y pastor, las dos actividades que consumieron los mejores años del Nacianceno.