En la educación de nuestros hijos, hay un momento en el que tomamos conciencia de nuestros límites y asumimos que no podemos abarcar el universo de un hijo, ni conocer su alma en toda su complejidad y profundidad. Este libro es una propuesta para transformar la preocupación en oración (con la comunidad) y, solo en ocasiones, en acción. A dejar a nuestros hijos al cuidado del Señor, en brazos de la Virgen, bajo su manto, como hizo santa Mónica. A vivir la maternidad con más serenidad. La oración de las madres no es un recurso psicológico para quitarnos presión y relajarnos. No se trata de distanciarnos de nuestros hijos y así sufrir menos, sino de gestarlos y dar a la luz de nuevo con nuestra oración.