Este libro lo concluye Mons. Jesús Sanz desde el Santuario de Covadonga en la fiesta de la Anunciación, durante el confinamiento impuesto por la Covid-19. En esta inesperada circuns-tancia Dios nos plantea un doble desafío, plasmado en dos imperativos de la vida de la Virgen que surcan las páginas de este libro: alégrate y hágase. La alegría que se nos propone no dima-na de circunstancias favorables, ni tampoco de un temperamento ingenuo…, sino de la autén-tica vivencia de sabernos acompañados por un Dios que está con nosotros y con los hermanos que tenemos al lado. Y es la respuesta de María –«hágase»– la que debe inspirar nuestro día a día. El itinerario cristiano de la Virgen o via Mariae nos lleva a reconocer nuestra historia en la suya. María se nos da no solo como ejemplo paradigmático, sino también como dulce compa-ñía y medianera de todas las gracias. A partir de ahí arranca la reflexión de la Iglesia sobre María, con los cuatro rasgos o dogmas que se refieren a ella. Una fe que se traduce en verdadera devoción, en la que tampoco falta una mirada cultural de antropología cristiana que pone a la mujer en el lugar que le correspon-de al lado del varón, ambos a imagen y semejanza del Creador.