El pueblo de Dios está llamado a leer sinodalmente los signos de los tiempos a la luz del Evangelio y a leer el Evangelio a la luz de los signos de los tiempos. Decía Pablo VI que una actitud característica de Iglesia después del Concilio es prestar especial atención a la realidad humana considerada históricamente, es decir, a los hechos y fenómenos de nuestro tiempo… Para Francisco, «el Sínodo es la Iglesia que camina unida para leer la realidad con los ojos de la fe y el corazón de Dios». Debe ser una Iglesia que discierne; una Iglesia que no tiene miedo, que se convierte realmente en «pueblo peregrino de Dios» y sacramento universal de salvación, «luz para las naciones» y esperanza de la humanidad, que también está en camino.