Los caminos vocacionales han sufrido tradicionalmente el peso de un lenguaje y un estilo de acompañamiento que los ha desligado de las dinámicas humanas y, sobre todo, del bienestar de la persona, como si la «llamada» de Dios chocase con sus deseos más profundos. El análisis de los procesos psicológicos que respaldan una opción por el sacerdocio, la vida consagrada o en comunidad –cómo nace, como se desarrolla, cómo madura y cómo naufraga–, tiene entre otros objetivos derribar los mitos relacionados con la vocación religiosa, reflexionar sobre la vida comunitaria en el tercer milenio (¿sigue teniendo sentido?) y reconciliar por fin vocación y felicidad.